lunes, 20 de octubre de 2008
...
Que pensas?
(pausa)
no se
vos?
no se
(pausa)
en que mañana me levanto temprano
mentira, no estabas pensando en eso…
(Pausa)
bueno, pensaba en tu boca.
Qué?
en tu boca. En como será darte un beso.
(Pausa)
te enojaste?
no, pensé que pensabas otra cosa.
Qué pensaste que pensaba?
(pausa)
no se
dale
no te voy a decir, no importa.
Pensaste que pensaba en ella, no?
si. Pensabas?
(pausa)
ya te dije que no quiero hablar de eso.
Pensabas…
(Pausa)
si.
Odio que me mientas.
…
yo también te miento a veces…
…
no querés saber?
(pausa)
no.
(pausa)
no se
vos?
no se
(pausa)
en que mañana me levanto temprano
mentira, no estabas pensando en eso…
(Pausa)
bueno, pensaba en tu boca.
Qué?
en tu boca. En como será darte un beso.
(Pausa)
te enojaste?
no, pensé que pensabas otra cosa.
Qué pensaste que pensaba?
(pausa)
no se
dale
no te voy a decir, no importa.
Pensaste que pensaba en ella, no?
si. Pensabas?
(pausa)
ya te dije que no quiero hablar de eso.
Pensabas…
(Pausa)
si.
Odio que me mientas.
…
yo también te miento a veces…
…
no querés saber?
(pausa)
no.
martes, 7 de octubre de 2008
Azulejos
Una calle empedrada. Las veredas rotas, vacías de gente. Es de noche. Una pareja se besa en la penumbra. Una luz amarillenta que sale de un farol viejo apenas puede alcanzar alguna parte de sus rostros, alguna mano, alguna pierna. Por momentos. Parecen quietos pero de pronto un movimiento brusco de los cuerpos apelmazados hace que la luz los ilumine un poco más, y me permite ver que no están quietos. Observo. Sin respirar. Por momentos. Quietos. El movimiento brusco es más brusco que todos los anteriores. Quedan completamente desprotegidos de la anterior oscuridad, los rayos amarillentos caen completamente sobre ellos, sin dejar un solo rincón vacio. Los miro. A ellos parece no importarles. Están tan juntos que me es difícil distinguir los pedazos de cuerpo. Las respiraciones agitadas. Por momentos entrecortadas. A lo mejor no saben que estoy ahí. Soy la única que los observa. Somos solo nosotros tres. Se miran. Se miran. Se miran. Se miran. Yo miro y ellos se miran. Pausa. Expectantes, los tres. De repente, último movimiento brusco. Un beso. Sus labios, apretados y húmedos. Intentan fundirse los unos con los otros, sin éxito. Solo logran mezclarse. Por momentos. Sus lenguas se unen furiosamente, como buscando ocupar el mismo lugar al mismo tiempo el mismo lugar al mismo tiempo el mismo tiempo al mismo lugar el tiempo mismo al lugar tiempo el mismo lugar al lugar mismo. Todo se vuelve naranja, rojo. Se mezclan los sabores, los olores, los cabellos, los sudores, los colores.Y yo. Los miro. Y tengo la boca llena de azulejos rotos.
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